La superación evolutiva de la incapacidad

LA SUPERACIÓN EVOLUTIVA DE LA INCAPACIDAD

¿Cuál es la vía para superar mi incapacidad? ¡Vamos a ello!

SOY CAPAZ

La incapacidad se observa habitualmente como una limitación física para realizar una actividad. Sin embargo, al igual que el miedo, hemos de distinguir entre incapacidad realista e irrealista, y forma parte del abanico de emociones.

Empecemos por un ejemplo de incapacidad realista:

Luisito es un niño que quiere volar como un ave, sin artilugios. Por supuesto no lo consigue y se frustra. Finalmente pregunta a su mamá, quien le dice que las personas no pueden volar porque no son aves y no tienen alas. Desde luego, dentro de la frustración, Luisito se consuela con el argumento de su madre.

Y ahora un ejemplo de incapacidad irrealista:

Luisito se está haciendo mayor y por sus circunstancias ve necesario aprender a conducir un coche. Sin embargo sólo la idea de sentarse al volante le agobia, se siente incapaz de llegar a conducir de forma autónoma.

Fijándonos un poco, la diferencia sustancial se encuentra en el plano de valoración. Así mientras consideramos realista la incapacidad para volar por limitación física en ausencia de alas, establecemos como incapacidad irrealista conducir el automóvil al identificarse como una limitación psicoemocional, y ésta puede estar originada por diferentes causas como por ejemplo falta de preparación o estado de ansiedad.

Esta observación nos da una idea de que aplicamos un juicio más rígido al plano material, y más flexible a los planos emocional y mental.

¿VOLAMOS UN POCO?

Vamos a planear un poco ahora. Resulta que:

Luisito tiene ahora 20 años y sigue creyendo en el potencial humano tanto desde el punto de vista del desarrollo personal como espiritual. Se interesa en lectura especializada y descubre un artículo científico en el que un gurú indio afirma y demuestra que aplicando diferentes tipos de atención a una combinación de puntos espaciales dentro y fuera del cuerpo humano, éste desafía la ley de gravedad levitando como en una alfombra mágica.

Si esta fantasía fuera real resultaría que esa incapacidad clasificada como realista se convierte ahora en irrealista, pues simplemente no se conocía la receta para ello.

Parece que la naturaleza, el universo, tiene algún tipo de inteligencia desarrolladora que hace que las diferentes especies vivientes que la habitan posean atributos peculiares. Hablar del porqué unos sí y otros no son capaces de algo es hablar de evolución.

Y la ciencia no lo explica todo todavía, como el vuelo de las abejas, que siguen desafiando la física conocida simplemente volando.

 

LA DOSIS SABIA

En la superación evolutiva la incapacidad irrealista es un desequilibrio por defecto del aspecto PRODUCTOR. Maximizando este aspecto se puede decir que no hay mayor inteligencia desarrolladora ni productiva que la del universo, y la naturaleza es ejemplo de abundancia y capacidad de desarrollo y producción.

Sin embargo, al igual que las especies, lo más cómodo es reproducir semejantes a lo que ya funciona. Así se reproducen todas las especies, salvo cambios o saltos evolutivos.

Es por ello que ante la incapacidad el primer reto es conseguir hacer algo semejante a lo que ya hacemos, con una pequeña variación que suponga un reto, y repetirlo una y otra vez, como una receta de chef.

No es casualidad que la primera proyección evolutiva del aspecto PRODUCTOR se denomina GASTRÓNOMO, basado en esta tarea de hacer y reproducir según una receta segura.

Ahora Luisito, que se sentía incapaz de conducir un automóvil, está practicando unas cuantas recetas sencillas sobre conducción y actitud que reproduce una y otra vez. Se siente cada vez más capaz, más crecido, y así es cómo Luisito se va DESARROLLANDO.

Es por todo lo anterior que:

“La superación evolutiva de la incapacidad te desarrolla.”